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Salvatore Laudicina Ramirez

Quibdó se viste de cine colombiano: ¡Ya viene el Festival!

Actualizado: 22 ago 2022


Still from the film: En lo profundo de la cienaga

Un ñingrí de grandes enseñanzas


- Las películas del Festival de Cine Quibdó Africa son un ñingrí de grandes enseñanzas.

Como mujer afro, he aprendido a reconocerme en los personajes de muchas películas que vimos el año pasado.


Llueve. En medio de la charla vespertina, nacida para mitigar la ansiedad mientras esperan pacientemente el fin del aguacero en el centro de Quibdó, un par de adolescentes, estudiantes del Colegio MIA, sonríen con los ojos mientras los labios, sedientos, miran a su manera la levedad del agua que cae al asfalto.

Literalmente, la coquetería ingenua moja aquellas almas. Una escena innata, digna de ser captada por la mirada fotográfica del cineasta chocoano Jhonny Hendrix.

Acto seguido, ella derriba el muro de la discreción y las palabras chocoanas, esas que son emblemáticas y mágicas dentro del territorio, asoman la cabeza en una charla esporádica pero significativa.


- Me imagino que va a ir con su novia. Por ahí me contaron que usted es el quebrador del barrio.

- ¿Quién le dijo eso?

- Mejor no le digo porque usted es muy bujon.

- Yo no voy a pelear con nadie.


En esa ráfaga de cuerpos apiñados a las afueras de un local comercial, los ojos no paran de enamorarse. Un silencio breve musicaliza la escena. La lluvia enfurece y las palabras asoman nuevamente el hocico.


- A nosotros nos toca ver todas las películas colombianas.

- A nosotros también y nos toca elegir una película y escribir un ensayo.

- El año pasado, la profesora se cansó de aguaitarme a la salida y pedirme que le entregara el ensayo de una película que vimos en el Festival. La historia me encantó, pero la escritura no es lo mío.


Por estos días, el Festival de Cine Quibdó Africa Film Festival es uno de los principales temas de conversación en los colegios de la ciudad. Dentro de un mes, el séptimo arte se paseará plácidamente por pupilas, pensamientos, memorias taxativas y emociones intransferibles.

El Colegio MIA es una de las sedes principales. Allí, entre pupitres y aromas de sueños de secundaria en las paredes, los amantes de la cultura se darán cita el 12 de septiembre para ver el documental peruano The Rumba Kings, película elegida para la apertura oficial.

En esos días, a medida que la película transcurre, las palabras distintivas de Chocó gozan de un protagonismo notable. Los estudiantes no dejan de repetirlas mientras comentan y hacen chistes en voz baja.


Es justo traer a colación una escena del Festival pasado:

- ¿Ese qué nalgatorio es? - dijo Mario, el más bromista de noveno grado, mientras observaba la voluptuosidad de la protagonista de un filme africano.

- Deje su sirirí y vea la película- respondió entre risas Rosita, la cinéfila empedernida del grupo.

- Este muchacho se va a ganar un pichazo por andar de campeche - agregó José Luis, el mejor amigo de Mario.


Para Wilfrid Massamba, su director, el objetivo es contribuir a que los jóvenes aprendan a ver el cine como un poderoso discurso político, social y cultural. Discurso que transforma vidas y mentalidades a través de historias que nacen en la raíz de las realidades afrodescendientes que habitan tanto en Colombia como en Latinoamérica, Norteamérica, Europa y África.


Más que reconocimiento o lucro, Massamba persigue un propósito de vida: ayudar a escribir nuevos capítulos en la memoria histórica de los afrodescendientes del Pacífico colombiano a través de lo audiovisual. Cree ciegamente que Chocó está lleno de escritores y directores cinematográficos, sujetos políticos que están llamados a cambiar el destino de su sociedad. Esto ha podido comprobarlo en los talleres de producción que forman parte de la programación anual.


Este año, la temática central será la herencia como nexo sagrado de los seres humanos. La filmografía elegida por equipo del Festival es un viaje único por la Colombia profunda. Esa donde las realidades cotidianas proveen narrativas fascinantes, afines a los sentires de los afrodescendientes que habitan en esta región del país.

Hoy, tras tres festivales y una pandemia inesperada que golpeó al sector cultural, el propósito de Massamba es tan fuerte como el aguacero en el aquí y el ahora de los dos adolescentes en el centro de Quibdó.


- ¿No me va a decir quién le dijo que yo era el quebrador del barrio?

- No soy bochinchera.

- Ahora no le doy un chompi en mi bicicleta.

- Mejor hablemos de cine.

- Falta un mes para el Festival.

- ¿Cuál fue la última película que vio?


Silencio fulminante. Sin hablar, el muchacho ha dicho mucho. Y es justamente ese silencio el que justifica la razón de ser del Quibdó Africa Film Festival. La meta es que dentro de unos años, el Festival contribuya significativamente a la formación de públicos y a la construcción de un pensamiento político y crítico desde el cine como narrativa histórica de las realidades de la población chocoana.

Desde el preciso instante en que Massamba decide crear este proyecto audiovisual y cultural, travesía que lo obliga a enfrentar diariamente obstáculos de toda índole, ha visualizado un Chocó donde las narrativas documentales y ficcionales inviten al análisis, reflexión y resignificación de conceptos y pensamientos, pues toda herencia cultural y simbólica debe ser cuestionada.


- Me gustan las películas de acción. El cine donde no hay movimiento, me da sueño porque no lo entiendo.

- Por eso es importante que el Festival sea apoyado en Quibdó. Hace falta aprender a ver cine para transformar nuestro pensamiento.

- Nosotros somos adolescentes, nos falta mucho para lograr eso.

- Tenemos que empezar desde ya. Como mujer afro, quiero tener una visión distinta a la de mi abuela y mi mamá. El cine te permite cuestionarte muchas cosas.

- Usted dice eso porque es aficionada a ver películas.


Ni el desacuerdo impide que los ojos de ambos dejen de sonreírse ni un instante. Si uno fuese el guionista de esta historia casual, debería darle a la mirada de ella un poder sobrenatural para lograr que él se enamorara perdidamente de ese cine donde no es necesario que haya explosiones o disparos para ser emocionante. Paciencia. Massamba y su equipo lo harán posible.


En esta cuarta edición del Festival, el cine colombiano ofrece títulos maravillosos: Los chivos no comen corozo de Nicolás Cuervo Rincón, un viaje a Los Moreneros, corregimiento afro de La Guajira donde habita una comunidad con antiguos saberes de la culinaria negra; Con el pelo cucú de James de Alba, filme ganador de la convocatoria Relatos en serie del Ministerio de Tecnologías de la Información y las Comunicaciones (MINTIC) y que será estrenado en Quibdó; o En lo profundo de la ciénaga de Camilo Cortés, periplo al mundo de Chima, una mujer que se sumerge en las aguas para recoger las pelotas de golf que provienen de un ostentoso complejo aledaño a su humilde barrio.


Cae la tarde. Escampa. Los cuerpos retornan a su afanoso andar. Ella y él quieren seguir atados a ese pedazo de andén para conversar de cine y sonreírse con los ojos mientras los sedientos labios observan el aterrizaje de las gotas de agua en el asfalto.


- Regáleme un chompi en su bicicleta y me lleva a mi casa.

- Primero pídale permiso a su mamá.

- Mi mamá me da permiso.

- No le creo, usted me está tramando.


En este punto, el lector curioso tiene derecho a conocer sus identidades: Mario y Rosita, el bromista y la cinéfila empedernida. Antes de arrancar, ella le da un beso en la mejilla. Él se queda inmóvil, entre sorprendido y emocionado.


- Espero que este año deje ver las películas. El año pasado, usted tenía mucho sirirí.

- ¿Nos sentamos juntos?

- Lo pensaré.


Miradas mutuas que luchan por no despegarse. La bicicleta arranca lentamente, como retardando lo inevitable. Nace un romance. Momentos como éste, dignos de una escena de una película de Jhonny Hendrix, también alegran a Wilfrid Massamba porque el cine invoca sentimientos y aprendizajes; y como bien dice Rosita, las películas del Festival de Cine Quibdó Africa son un ñingrí de grandes enseñanzas.


Mamá Quibdó


Diccionario de palabras chocoanas:

Aguaitar: que sea paciente, que espere, que se aguante

Bujon: persona que le gusta buscar peleas

Campeche: persona que esta desubicada

Chompi: pedir una montada en un vehículo

Nalgatorio: Nalga muy grande

Ñingrí: cantidad pequeña

Pichazo: Golpe muy duro que le dan a alguien

Quebrador: Hombre que le va bien con las mujeres

Sirirí: pendejada o joda

Tramar: llamar la atención, convencer


Para conocer la lista completa de películas colombianas que participan este año, ingrese al link: https://es.quibdoafricafilmfestival.com/national-competition-2022

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